En una de las casanas más hermosas de la villa trinitaria está ubicado el Museo Romántico. Cruzar el umbral de su puerta propone ser cómplice de una historia con el tiempo y los recuerdos. El otrora palacio de los Condes Brunet sorprende por sus bellezas arquitectónicas. Sin embargo, el deleite de visitar sus 14 salas recrean al visitante auténticos ambientes de época colonial.
Al llegar al comedor encontramos la mesa inglesa estilo victoriano. Están también las alacenas de cedro empotradas en la pared, las finísimas vajillas y algunos elementos decorativos de porcelana de sebre.
Seguimos el recorrido y ahora estamos en el Gran Salón. En el conjunto está juego de muebles principal y una meridiana, que según cuentan servía a las jóvenes para esperar en ellas a los enamorados. También en este espacio abundan las pinturas. Pasamos a los dormitorios y en uno de ellos está la cama española de bronce y nácar, el armario francés de 1852 y las lámparas de cristal murano.
El Museo Romántico de Trinidad fundado el 26 de mayo de 1974 cuenta entre sus exponentes con piezas valiosas como el Secreter de Viena del siglo 18 y la vitrina de Porcelana de Maise y la palangana de Ceramita de Talavera de la reina de finales siglo 17. Otra de las singularidades son las pinturas murales que según criterio de los especialistas reclaman una restauración, al igual muchos locales del inmueble.
Transitar por las habitaciones revive tras las ambientaciones la opulencia de acaudaladas familias trinitarias.
Hola Yenis,
ResponderEliminarhe estado varias veces en este museo pero no imaginaba que contara con objetos del sigo 17...Bueno, seguiré leyendo cosas de tu blog. Saludos a ti y tu familia.