En
una de las calles más concurridas de la villa trinitaria muestra su arte Maura Pineda. En la Ciudad Museo del Mar
Caribe y en otros lugares del mundo ella es conocida como “La mujer de los sombreros”.
¿Desde cuándo comenzó su pasión por tejer la fibra?.
Yo
era una niña cuando aprendí a tejer la fibra con mi abuela. Desde entonces no
he dejado de hacerlo. Enseñé a mi papá y también a mi hermano. Si ahora cualquiera
viene y me dice que le gusta un sombrero mío, pues yo me brindo primero a
enseñar lo que se.
Te
soy sincera he trabajado en muchos lugares pero la fibra es lo mejor que me ha
pasado en la vida.
¿Le gusta usar sus sombreros?.
Si
soy “La mujer de los sombreros”, pues claro que los tengo que usar. Pero te voy
a decir mi teoría y yo no se si tendrá lógica. Para usar sombrero no puede ser
en cualquier momento. Hay que sentir orgullo de usarlo.
La guayabera es nuestra prenda nacional creo que el sombrero debería tener
una categoría importante como esa. El sombrero fue a la guerra con los
mambises. Lo usó Maceo, Máximo Gómez y muchos otros patriotas. El sombrero es
símbolo de cubanía y como tal merece respeto. Además la fibra que se usa para
confeccionarlo es muy cubana y eso también es muy importante para mí.
¿Cuántos años tiene?.
Te
deje hacerme la entrevista porque me prometiste una foto bien bonita, pero yo
creo que ya estas preguntado mucho (entre
risas). Bueno yo tengo 70 años, pero no se lo digo a nadie porque me siento
de 15. Soy entusiasta, siempre estoy de buen humor. Esa es mi receta.
¿Además de los sombreros que otras
piezas confecciona?.
Con
la fibra se puede hacer cualquier cosa. Yo te hago desde un anillo o un collar,
hasta unos zapatos. Mí línea de trabajo es los sombreros, pero me encanta hacer
bolsos grandes para ir a la playa. Pinto la fibra y le pongo los colores vivos
de Cuba. También me piden mucho las jabas para cargar. Yo las refuerzo bien y a
mis clientes le doy garantía de que no se les va a romper.
¿Cuáles son sus días más triste?.
Sin
pensarlo te digo que me deprimo cuando no se puede tejer. Hay días en los que
hay mucho aire y la fibra se pone rebelde y es mejor ni tocarla. Eso me pone
agria, por suerte no pasa mucho. Yo tejo
todos a cualquier hora. Si este fuera mi trabajo te diría que no hay feriados,
pero yo nunca veo el arte como un trabajo esto es una diversión que Dios me
dio.
Sin
autosuficiencia te confieso que para mi
no hay muchos secretos porque esto lo he hecho desde niña. Pero si lo pienso
bien el inicio es lo más complejo, de momento tienes muchas partes de la fibra
y debes tener paciencia para que eso se pueda convertir en una obra de arte.
Suena un poco raro, pero no hay que asustarse.
¿Desde cuándo la llaman la mujer de los
sombreros?.
Yo
ni se quien me lo puso. A la verdad una vez mi marido me dijo que se me iba a
quedar el nombrete y le dije. Si ese va a ser mi sobrenombre pues bienvenido
sea. A mi vienen a verme tejer sombreros personas de muchos lugares del mundo. Yo
se decir sombrero en Italiano, en Francés y hasta en Chino.
Cuando
estoy haciendo un sombrero tengo una alegría tan grande como si fuera el día de
mi cumpleaños. Hago de cada sombrero una fiesta y se hacer muchos modelos por
lo que no me aburro. En los de las mujeres me esmero un poquito más porque
nosotras somos muy presumidas.
¿Qué le agradeces a la vida?
Si
todo eso fuera poco la vida me dio el don de tejer la fibra y ahora soy con
gusto “La mujer de los sombreros”