miércoles, 6 de noviembre de 2013

Fiesta en tiempo de Parranda


Las parrandas de la región central de Cuba fueron declaradas patrimonio cultural. La provincia de Sancti Spíritus festejó el acontecimiento con la participación de pobladores de Yaguajay, Zaza del Medio, Mayajigua y Guayos, territorios de esa provincia donde desde hace cerca de un siglo tienen lugar los festejos populares.

En el poblado espirituano de Guayos “Cantara” y “La Loma” bailaron juntos por primera vez. Al repique de los tambores todos descubrieron que solo una importante noticia podía hacer el milagro. Olvidaron una porfía que tiene casi 100 años, no hubo fronteras entre los barrios, lanzaron al aire los mismos fuegos artificiales y recorrieron las calles como símbolo de tregua.

En el parque de Guayos hubo parada obligada para que parranderos de la región central  celebraran junto a los espirituanos la declaratoria de las fiestas como patrimonio de la Cultura Cubana . La directora de del Museo de las Parrandas de Remedios Zulma Rojas, leyó el documento  que acredita la legitimidad de los festejos  y reconoce su genuino carácter popular. 

En Sancti Spíritus   comunidades de Zaza del Medio, Mayajigua y Guayos celebran desde hace casi un siglo  las parrandas. Aunque las limitaciones de recursos en ocasiones han puesto freno a la creatividad, los barrios no dejan morir la tradición que llegó a estas tierras provenientes de Remedios a finales del siglo XIX.

Cuando se habla de las parrandas es imposible pasar por alto el tema de la transculturación. De España, de África y hasta de Asia llegan los condimentos que aderezan la festividad. Imágenes del pasado muestran las trochas, los trabajos de plaza y hasta la emotividad de lo que por casi un siglo se ha conservado.

Grandes muñecos, alegorías a los barrios y las banderas   anuncian la carroza que definitivamente estuvo lista tras meses de intenso trabajo. Las noches se hacen mágicas por el esplendor de una antigua leyenda, los barrios se conectan y echan chispas con los artificios pirotécnicos

Parranderos con las vivencias a flor de piel aseguran que la historia de la fiesta está por contar porque cada año suceden cosas nuevas. Cuando los fuegos devuelven luz a la noche los barrios comienzan la competencia. Las carrozas revisitan pasajes olvidados y el pueblo se funde en un encuentro que parece no tener fin. Así son las parrandas.  

Sin embargo, por está vez Guayos hizo la excepción. A nadie importó si “Cantara” o “La Loma” triunfaban porque la conga tocó para todos en la fiesta por la declaratoria de las parrandas como patrimonio de la Cultura Cubana.














































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