Las parrandas de la región central de Cuba fueron
declaradas patrimonio cultural. La provincia de Sancti Spíritus festejó el
acontecimiento con la participación de pobladores de Yaguajay, Zaza del
Medio, Mayajigua y Guayos, territorios de esa provincia donde desde hace cerca de
un siglo tienen lugar los festejos populares.
En el poblado espirituano de Guayos “Cantara” y “La Loma ” bailaron juntos por
primera vez. Al repique de los tambores todos descubrieron que solo una
importante noticia podía hacer el milagro. Olvidaron una porfía que tiene casi
100 años, no hubo fronteras entre los barrios, lanzaron al aire los mismos
fuegos artificiales y recorrieron las calles como símbolo de tregua.
En el parque de Guayos hubo parada obligada para
que parranderos de la región central celebraran junto a los espirituanos la
declaratoria de las fiestas como patrimonio de la Cultura Cubana . La
directora de del Museo de las Parrandas de Remedios Zulma Rojas, leyó el
documento que acredita la legitimidad de
los festejos y reconoce su genuino
carácter popular.
En Sancti Spíritus comunidades de Zaza del Medio, Mayajigua y
Guayos celebran desde hace casi un siglo
las parrandas. Aunque las limitaciones de recursos en ocasiones han
puesto freno a la creatividad, los barrios no dejan morir la tradición que llegó
a estas tierras provenientes de Remedios a finales del siglo XIX.
Cuando se habla de las parrandas es imposible
pasar por alto el tema de la transculturación. De España, de África y hasta de
Asia llegan los condimentos que aderezan la festividad. Imágenes del pasado
muestran las trochas, los trabajos de plaza y hasta la emotividad de lo que por
casi un siglo se ha conservado.
Grandes muñecos, alegorías a los barrios y las
banderas anuncian la carroza que
definitivamente estuvo lista tras meses de intenso trabajo. Las noches se hacen
mágicas por el esplendor de una antigua leyenda, los barrios se conectan y
echan chispas con los artificios pirotécnicos
Parranderos con las vivencias a flor de piel
aseguran que la historia de la fiesta está por contar porque cada año suceden
cosas nuevas. Cuando los fuegos devuelven luz a la noche los barrios comienzan
la competencia. Las carrozas revisitan pasajes olvidados y el pueblo se funde
en un encuentro que parece no tener fin. Así son las parrandas.
Sin embargo, por está vez Guayos hizo la
excepción. A nadie importó si “Cantara” o “La Loma ” triunfaban porque la conga tocó para todos
en la fiesta por la declaratoria de las parrandas como patrimonio de la Cultura Cubana.
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