“Uno se va, pero no
se va;
cuando a uno le toca
irse ,
se queda,
circundando”.
Hugo Chávez
En la tarde del día 5 de
Marzo y estábamos en la sede provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en Sancti
Spíritus observando un interesante documental sobre la lucha por la liberación
de los cinco. Se trataba de la historia de un cartel muy elocuente, creado por el artista
de la gráfica en el cual se destaca una
mano abierta, extendida, y una frase “! Obama, give me five!”, que por la
eficacia de su connotación especial para la idiosincrasia norteamericana, más
la hermosa sencillez del mensaje , se ha
convertido en una imagen que recorre el
mundo y expresa un reclamo ya universal.
El documental terminó de rodarse, pero,
en ese mismo instante, llegó como una tromba la noticia de la muerte del
presidente venezolano Hugo Chávez. El impacto de la noticia nos conmocionó y el
silencio, espeso como el aire que respirábamos, nos dejó sin voces. Confieso que
en los últimos años, por circunstancias de mi vida personal, he
desarrollado una especial sensibilidad
para percibir la cercanía inminente de la muerte de un ser querido. Quizás
por ello, desde hace varias semanas presentí el desenlace. Tenía la triste
impresión de que no lograría sobrepasar la prolongada gravedad de su enfermedad
y la certeza de que su decisión personal de regresar al país a pesar de su
lucha personal por la vida estimulada por millones de personas era una señal definitiva que me obligò a permanecer en
vigilia largas horas ante las emisiones de Telesur.Todo eso recordè mientras junto
a otros compañeros hicimos un esfuerzo para comentar la brillantez del
documental que demostraba las potencialidades del arte y la cultura para penetrar
los intersticio del bloqueo informativo, en el empeño por lograr el regreso de
los cinco a su patria. La elocuencia del cartel se correspondía con la condición de hijos de la cultura cubana que tan admirable
y dignamente han asumido los cinco cubanos castigados injustamente, desde hace más
de catorce años con injustas condenas , algunas de ellas con increíbles cadenas perpetua. Del comentario sobre el documental
regresamos a la tristeza de la muerte de
Chávez, al vacío que nos dejaba su perdida, y que ahora tendríamos que
llenar todas las personas honestas de nuestra
América.
En mi regreso a casa tuve que detenerme en varias ocasiones:
me paraban algunas personas conocidas, amigos, otras que nunca había visto,
para decirme algo relacionado con Chávez. La noticia comenzaba a caminar en el
alma del pueblo cubano como un dolor estremecido, se podía observar en los ojos
y la mirada o el rostro de cualquiera de los transeúntes que ya la conocían y,
sobre todo, la sentían. Era el mismo pueblo, que en toda la etapa de
convalecencia lo tuvo en su territorio y junto con médicos y autoridades vivió con él días de angustia y esperanza.
Llego a mi casa cuando ya el mar de opiniones de millones de personas de
todas partes inunda twiter y se expresa
en las entrevistas a personalidades o personas sencillas de cualquier parte del
mundo . Las plazas de de Venezuela comienzan
a llenarse de personas y voces, también se desborda la similar en la Nicaragua sandinista del
Daniel Ortega. El presidente boliviano Evo Morales , junto a su equipo de
gobierno, declara estar destrozado, pero pide fuerza al bravo pueblo venezolano, Correa nos estremece con un Viva
Chávez. Duelo nacional de siete días en Venezuela y en otros países, entre
ellos, Cuba, desde donde una declaración oficial señala la dimensión de líder
continental a quien también se quiere como un cubano.
En la mañana siguiente el presidente
sale otra vez con su pueblo a recorrer el Paseo de los Próceres, delante del cortejo,
sostenida en manos de un cadete, lo acompaña
la espada de Bolívar y una marea roja enardecida. Los gritos avanzan con él: Chávez no se va, dice un coro
de voces, Gracias Chávez, balbucea un anciano, Adiós padre, saluda un niño, Yo
soy Chávez, grita con su s palabras
enronquecidas un joven y habla d elas misiones, Yosoy Chavez, dice una mujer de
rostro humilde y relata de la casa que el comandante presidente le entregò, y
las voces se pierden como esas olas de los estadios deportivos, que se va y
regresa espontáneamente, multiplicadas en ese grito esperanzador de Chávez vive, la lucha
sigue. El cortejo avanza empujado por la música llanera que al líder le gustaba
entonar . Recuerdo las ocasiones en que
lo escuché recitar versos del Canto
a Bolivar, poema que Neruda dedicara al Libertador. No puedo olvidar
que algunos de ellos fueron escritos por el propio Che en su diario inconcluso de la campaña de
Bolivia. Quizá por ello, cuando coincidí en el mismo vuelo hacia Venezuela con
el embajador cubano, y también por otras vías, me atreví enviarle a Chávez mi
libro Che entre la literatura y la vida. Nunca supe si le llegò, pero
no importa, era sencillamente un
reconocimiento personal para el gran
comunicador que tenía la magia de encantarme al
mezclar sus discursos políticos, sus sueños, con las imagines poéticas y
las canciones de esperanzas.
Hace un tiempo leí un artículo de Eduardo
Galeano, el destacado escritor, con su ironía literaria, señalaba como los
medios de comunicación y las oligarquías nacionales trataban de demonizar al
líder revolucionario :
“Hugo Chávez es un demonio. ¿Por qué?
Porque alfabetizó
a 2 millones de venezolanos que no
sabían leer ni escribir, aunque vivían en un
país que tiene la riqueza natural más
importante del mundo, que es el petróleo.
Yo viví en ese país algunos años y
conocí muy bien lo que era. La llaman la
"Venezuela Saudita" por el
petróleo. Tenían 2 millones de niños que no podían
ir a las escuelas porque no tenían
documentos. Ahí llegó un gobierno, ese
gobierno diabólico, demoníaco, que hace
cosas elementales, como decir "Los
niños deben ser aceptados en las
escuelas con o sin documentos". Y ahí se
cayó el mundo: eso es una prueba de que
Chávez es un malvado malvadísimo.
Ya que tiene esa riqueza, y gracias a que
por la guerra de Iraq el petróleo se
cotiza muy alto, él quiere aprovechar
eso con fines solidarios. Quiere ayudar a
los países suramericanos, principalmente
Cuba. Cuba manda médicos, él paga
con petróleo. Pero esos médicos también
fueron fuente de escándalos. Están
diciendo que los médicos venezolanos
estaban furiosos por la presencia de
esos intrusos trabajando en esos barrios
pobres. En la época en que yo vivía
allá como corresponsal de Prensa Latina,
nunca vi un médico. Ahora sí hay
médicos. La presencia de los médicos
cubanos es otra evidencia de que
Chávez está en la Tierra de visita, porque
pertenece al infierno.”
Ahora que la noticia, con diversos tonos
e intenciones, asalta las primeras páginas de la prensa mundial y desplaza a
todas las demás, mientras las
televisoras se hacen eco de los cintillos de la prensa universal,
recuerdo el texto del escritor uruguayo.
“Un mar rojo chavista ”, apunta
peyorativamente uno de esos medios, pero no dice que la inmensa marea roja
recorrió, durante varias horas, ocho kilómetros bajo el sol tropical
acompañando a su guía. El País de España, vocero de la derecha internacional,
señala enfáticamente: “Chávez derrotado por la enfermedad”. Sueñan con que la
muerte les gane ahora la batalla que no pudieron nunca obtener en las urnas, ni
con el famoso golpe de estado que fracasó en 48 horas, o el golpe petrolero que
se les derrumbó entre las manos. También en Miami algunos irrespetuosamente no
se ocultan para festejar. La miopía política y el odio no les permite comprender
que no se trata de un simple presidente de turno, sino de un hombre que
trasciende su tiempo. Y, como al Che Guevara, mientras más lo calumnien y traten de borrar, más renacerá, una y otra
vez, y regresará convertido en millones, mientras las palabras de sus detractores se
transforman en polvo de olvido.
El pueblo venezolano está pidiendo en
las calles que los restos mortales de Chávez sean colocados junto a los de Bolívar, porque
considera a su líder, como un nuevo libertador en la batalla por la segunda
independencia de nuestra América: el que rescató el legado bolivariano, le dio
a su nación una patria libre y a Latinoamérica
una nueva dimensión histórica en el contexto universal. Al margen de que esta
petición sea posible, en la memoria afectiva del pueblo ya ocupa ese lugar de honor y
gloria.
Interrumpo esta crónica para responder
al teléfono. Mis compañeros de la
UNEAC espirituana me comunican que fui seleccionado por ellos
para junto a otros compañeros hacer la
guardia de honor solemne con la cual, desde mi ciudad, al igual que en todas las capitales provinciales, a lo largo y
ancho de la Isla ,
se rendirá tributo a Hugo Chávez
mientras todo el pueblo cubano desfila ante
su imagen. Ahora, mientras parto al
lugar designado, rememoro cuando vino a Cuba y lo vi por primera vez. En esos
días la visión proverbial de Fidel , anticipándose al tiempo ,hizo que el líder
cubano lo recibiera como el jefe de estado que luego llegaría a ser. Tampoco
olvido el día que recibimos en Sancti Spíritus su guayabera donada al proyecto
cultural que atesora también las de muchas personalidades cubanas y del mundo.
Siento, junto a mis pasos, renovado, el
estruendo de las voces que todavía
resuenan en mi memoria. Es como si estuviera junto a Chávez ,avanzando por el Paseo
de los Próceres, mientras estalla otra vez en mis oídos la frase más escuchada
en estos días: ¡Chávez vive, la lucha sigue. ¡
Miles de personas marchan hacía Caracas
desde el ultimo rincón de Venezuela y desde muchos países del mundo. Y los que
no pueden hacerlo físicamente lo hacen en espíritu, ante su imagen, o en el
silencio de su recuerdo. Aunque les duela a sus adversarios, la grandeza del homenaje
es una demostración de la dimensión universal del liderazgo de Chávez. Cierta
vez escuche al argentino Juan Gelman decir en su propia voz un poema suyo
dedicado a Fidel Castro. La poesía tiene la facultad de resumir en una imagen
lo que pensamos o sentimos. Pienso que sus versos muy bien podrían haber sido
escritos para estos momentos. También,
parafraseando al poeta, podríamos decir nosotros: Historia, agranda tus
portones, que vamos a entrar con Chávez, con el libertador.
TOMADO DE JULIO M. LLANES
(*)
Escritor y promotor cultural. Investigador, narrador
especializado en literatura para niños y jóvenes. Reside en Sancti Spíritus, provincia
del centro de Cuba, donde presidió durante veinte años la organización de los
escritores y artistas de Cuba.